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domingo, 29 de noviembre de 2020

Comentarios adicionales acerca del episodio "El enemigo de Homero"


¡Mírenme, soy Homero Simpson y soy un idiota!

Frank "Grimey" Grimes (R.I.P.)

Las cosas que aquí mismo voy a comentar son más observaciones sobre aspectos interesantes del episodio que opiniones formadas luego de mucho tiempo de reflexión. No sólo las comentaré en este artículo porque son aspectos interesantes ya que de haberlo hecho en el artículo anterior me hubiera quedado demasiado extenso y un tanto aburrido, y desde el primer día que se me ocurrió tener un blog una de las prioridades que establecí fue la de no aburrir a quien lea los artículos que escribo así se entiende la razón de ser de esto que he escrito. En cuanto a por qué me parecen aspectos interesantes puedo responder afirmando que son aspectos que merecen ser comentados porque demuestran cuán autoconsciente y satírica hacia consigo misma se había vuelto la serie, cuánto había cambiado la serie en lo que respecta a la seriedad, el drama y el realismo con el que solían tratar ciertos temas y la falta de miedo de los escritores y directores de ese entonces a la hora de darnos un mensaje que muchos de nosotros podríamos calificar como "incorrecto" y hasta "despiadado". Tengo muchas razones para suponer que aquellos aspectos del episodio que aquí comentaré ya fueron comentados por alguien más mucho antes de la fecha de publicación de este artículo pero una cosa es un aspecto en particular de un episodio y otra cosa es el punto de vista desde el cual ese aspecto es comentado así que mi trabajo consiste en ofrecer mi propio punto de vista de esos mismos aspectos. Sin más preámbulos, me permito empezar de una vez por todas a comentar sobre esos aspectos empezando por lo siguiente:


1. El enemigo de Homero es una efectiva demostración de cómo funciona el mundo de Los Simpson desde la temporada 6



Durante sus primeras tres temporadas la serie se caracterizaba tanto por tener como protagonistas a anodinos y grises fulanos de clase media cuya vida no podía ser más monótona y vacía de grandes aventuras como por tener episodios en los que la cotidianidad, el drama económico, el drama personal y la nada ejemplar disfuncionalidad de la Familia Simpson eran el eje de cada trama así que los momentos humorísticos y surreales, aunque no ausentes, sí que podrían contarse con los dedos de las manos y sobrarían un par de dedos. En otras palabras, era una serie donde no veías a los protagonistas dándose mazasos cuales Tom y Jerry, donde no los veías participando en aventuras extraordinarias llenas de personajes estrafalarios a la manera de seriales televisivos como Los Super Amigos y tampoco era una serie donde los protagonistas fuesen individuos que predicasen con el ejemplo cual dibujo animado para preescolares. Al contrario, era una serie donde los protagonistas, pese a ser dibujos animados, eran tan frágiles como todo ser humano que se precie de serlo, era una serie donde la amenaza más grande que enfrentaban era la de no poder llegar a fin de mes con los bolsillos llenos y por último, pero no menos importante, era una serie donde cada miembro de la familia protagonista enfrentaba constantemente sus propias frustraciones, traumas, fobias y dilemas sentimentales de una manera en la que no había lugar alguno para la comedia tontorrona ni para finales felices, contraria a otras series de comedia situacional del momento con una premisa más o menos similar. Los Simpson era una tragicomedia que cada vez que podía se reía cosa mala de cada una de las mentiras que las familias ficticias de las comedias televisivas de ese entonces le contaban a las audiencias y por lo tanto era menos una serie sobre campeones que son más grandes que la vida y más una serie sobre mindundis absolutos que provocan de todo menos admiración. Las únicas veces en las que sentíamos admiración hacia los protagonistas era cuando estos triunfaban gracias a un golpe de suerte pero esa sensación de triunfo no duraba mucho porque apenas se acababa el episodio debían volver a ser absolutos mindundis ya que de no hacerlo entonces la dinámica de los protagonistas, y del mundo donde estos viven, se arruinaría por completo. 

Llegada la temporada 4 es que la serie empezó a desligarse, a falta de una palabra mejor, del drama, seriedad y melancolía de sus primeras tres temporadas para abrazar sin dudarlo por un segundo tramas mucho más propias de un dibujo animado cómico, fantasioso y que casi nunca se toma en serio. Los Simpson no se convirtió en una serie alocada de la noche a la mañana ya que muchos episodios de las temporadas 4 y 5 siguieron siendo muy apegados al drama, seriedad y melancolía de las primeras tres temporadas pero la llegada de la temporada 6 hizo que cualquier rastro de las tres palabras antes mencionadas desapareciera en su totalidad, salvo por uno que otro momento dramático y conmovedor que no dura demasiado. Me parece que ese episodio donde Homero viaja al espacio junto a dos astronautas y Kent Brockman traiciona temporalmente a la humanidad para aliarse con las hormigas fue donde cualquier pretensión de verosimilitud y drama cotidiano se esfumó para siempre en pro de tramas que, aunque igual o más conmovedoras que las de las primeras tres temporadas, serían mucho más exageradas y hasta un tanto absurdas. Que un escritor famoso por sus novelas llenas de personajes disparatados metiéndose en situaciones disparatadas como lo es John Swartzwelder haya empezado a trabajar en la escritura de los capítulos con mucha más frecuencia a partir de la cuarta temporada junto a otros escritores amantes de la comedia absurda dice mucho del rumbo que la serie empezó a tomar apenas llegó esa misma temporada, la cuarta, y de cómo empezaría a funcionar su mundo ficticio a partir de ese entonces. 

La aparición en escena de la temporada 8 tan sólo confirmó algo que ya muchos televidentes habían empezado a sospechar desde la temporada 4 pero que no habían logrado concluir hasta que llegó la temporada 5: el mundo de Los Simpson estaba empezando a dejar de ser apegado a la realidad, a la seriedad y al drama para empezar a ser mucho más caricaturesco y disparatado. Los protagonistas y la mayoría de personajes secundarios habían empezado a dejar de ser esos seres humanos que gozan y sufren como cualquier otro ser humano para empezar a ser caricaturas en todo sentido posible. Los Simpson, para bien y para mal, dejaría de ser una serie acerca de mindundis absolutos y se convertiría en una serie sobre gente corriente y extraordinaria al mismo tiempo que un día viajaba a algún rincón del mundo olvidado de la mano de Dios y al otro día se parodiaban a sí mismos resaltando el hecho de que hacía mucho tiempo habían abandonado cualquier pretensión de realismo. El enemigo de Homero (1.997), siendo el episodio autoconsciente, satírico y controversial que es, parece ser un episodio escrito con la finalidad de resaltar que no solamente una persona del mundo real enloquecería en poco tiempo si tuviera que vivir en el mundo de Los Simpson sino que también la mismísima Familia Simpson de las primeras tres temporadas enloquecería en menos de un día si tuviera que convivir con la Familia Simpson de la temporada 8. Lo que El enemigo de Homero nos dice desde principio a fin es que el mundo dentro del que vive la familia amarilla ya no es un mundo para gente normal y que cualquier persona normal que pretenda adentrarse y funcionar dentro de ese mundo terminará por enloquecer al no entenderlo y al negarse a aceptarlo como el mundo de fantasía con disfraz de mundo normal que es en realidad. La muerte de Frank Grimes no solamente fue la muerte de una persona del mundo real intentando encajar en el mundo de Los Simpson sino que también fue la muerte del realismo, drama y seriedad que le quedaban a la serie, y por lo tanto también fue una declaración de intenciones respecto a cómo funcionarán muchas cosas del mundo de la serie. El día 4, mes de mayo, del año 1.997, Los Simpson dejaron de ser una tragicomedia costumbrista donde el factor humano pesaba más que el factor comedia y se volvieron una comedia de tiempo completo donde es el factor comedia, junto al factor absurdo, lo que pesa más que el factor humano y dramático. 


2. El enemigo de Homero es un episodio donde no hay un límite claro entre héroes y villanos


Decir que El enemigo de Homero fue, es y será un episodio donde el justo no recibe su recompensa mientras que el impío se burla sin miramientos del justo es lo mismo que decir que si te avientas desde un décimo noveno piso la fuerza de gravedad no será amable contigo. Vale, no es una comparación que cause mucha gracia en ciertos lectores pero me ayuda a subrayar el siguiente hecho: está bien que simpatices con Frank, está bien que simpatices con Homero, está bien que simpatices con Carl y Lenny y hasta está bien que simpatices con Marge. Cada personaje del episodio tiene razón respecto algo que otro personaje ignora totalmente. Frank estuvo en lo cierto al afirmar que nuestro Homero es poco más que un payaso gordinflón que está donde está gracias a la suerte y no al talento y al esfuerzo, pero Homero estuvo en lo cierto al afirmar que sólo estaba siendo amable, amistoso y honesto hacía Grimes, y al mismo tiempo Carl y Lenny también estaban en lo cierto al haber afirmado que siempre es mejor no pensar demasiado sobre las burradas cometidas por Homero casi a diario porque después de todo así es Homero y así es el mundo donde viven. Marge no es que participe demasiado pero tuvo razón cuando le dijo a su esposo que lo mejor es acercarse más a Frank para entenderlo y así hacerlo un amigo, cosa que Homero hizo cuando lo invitó a cenar a su casa pero no tuvo en mente que Grimes reaccionaría de ese modo, tan impaciente, superficial e iracundo. El señor Burns estuvo en lo cierto cuando contrató a Frank Grimes para ser el nuevo vicepresidente ejecutivo de la planta de energía nuclear pero cometió una grave equivocación al cambiar de opinión y haber contratado a un perro, su asistente estuvo en lo cierto al haberlo apoyado en su decisión de contratar a Grimes pero no lo estuvo cuando se demoró en actuar para evitar que la locura de Grimes pasara a mayores, los empleados de la planta de energía nuclear estuvieron en lo cierto al haberle aplaudido a Homero cuando ganó en el concurso de maquetas de planta nucleares pero no lo estuvieron cuando no comprendieron que Frank Grimes intentaba decirles que Homero Simpson es un payaso sin mucho seso, y así hasta llegar a Bart y Milhouse aunque esos dos últimos personajes no pintan nada en la trama principal. El enemigo de Homero no es de esos episodios que te dicen que tal personaje está en lo correcto y que otro no lo está sino que, al contrario, te dice que cada uno de los personajes que aparecen está en lo correcto y no lo está al mismo tiempo. 

Yo y muchos mas estamos seguros de que es por todo lo anteriormente explicado que el episodio es tan controversial y desagradable para la mitad de la fanaticada de la serie. Es una dolorosa lección sobre cuán descorazonador y determinista puede ser el mundo de Los Simpson porque la mejor moraleja que tiene para dar es que nadie fue un héroe y al mismo tiempo nadie fue un villano. Lo único que hicieron los personajes fue actuar de acuerdo al rol que sus creadores les dieron y de los cuales no pueden librarse porque son personajes ficticios incapaces de razonar como una persona de la vida real y como Frank Grimes es lo más cercano a una persona de la vida real dentro de ese alocado mundo entonces decidió librarse de su rol de receptor de mala suerte y bromas pesadas pretendiendo ser como un personaje de la serie, lo cual le costó su vida, su existencia dentro del mundo de la serie y su existencia dentro de este mundo, si es que hubiese logrado escapar y conseguirse una vida en este mundo. Claro está que también es muy probable que esté dándole demasiadas vueltas a un episodio que visto desde la perspectiva de un espectador casual no es más que una amarga fábula sobre cómo algunos auténticos prodigios son condenados a la ignominia sin haber hecho algo para merecerlo mientras que auténticos bobalicones que ocupan altas posiciones dentro de la jerarquía de una empresa son recompensados sin de verdad merecerlo pero me parece una lectura demasiado moralista de un episodio que, por lo que sé, no fue escrito con fines de moralizar a la audiencia. De hecho, El enemigo de Homero es un episodio que es como la vida real misma en el sentido de que si observamos más de cerca los hechos es posible concluir que no hay moraleja alguna y si la hay es porque el televidente quiere creer que hay alguna moraleja de la cual sacar algo provechoso. Siguiendo esa línea de pensamiento entonces es por eso mismo que es un episodio tan difícil de tragar para algunas personas: porque la vida real nunca es fácil de tragar.


3. El enemigo de Homero es una respuesta de los escritores y directores a esa fracción de la audiencia que dice sentirse identificada con los personajes de la serie




Los Simpson solía ser una serie muy contestataria hacia los clichés más propios del género de la comedia situacional con familia protagonista y al mismo tiempo una separación de las familias que eran representadas en muchos dibujos animados de la época. Hasta ese entonces las familias representadas en las comedias situacionales y en dibujos animados debían de ser compuestas, llenas de valores y de miembros de los cuales aprender cosas buenas y sentirse identificados en uno que otro aspecto. Eran familias ideales que reflejaban todo eso que los televidentes aspiraban a ser y por lo tanto sus personajes debían ser individuos de los cuales estar orgulloso y sentirse inspirado. La llegada de la Familia Simpson a las pantallas de televisión le dio un giro de 360° grados a todo lo anterior de una manera que ningún otro programa de televisión había hecho mostrando una familia que aparte de estar compuesta por individuos que exudan frustración y patetismo también se destacaba por ser el reverso tenebroso de todo lo que las familias ideales de comedias situacionales y dibujos animados de la época representaban y por lo tanto era una serie cuyos protagonistas no habían sido creados para ser los mejores amigos de los televidentes sino todo lo contrario: sus peores enemigos, sus peores pesadillas hechas realidad, todo eso que no querían llegar a ser y malditos aquellos que lleguen a ser todo eso que nadie quiere llegar a ser. Durante las primeras tres temporadas de la serie, la Familia Simpson era por mucho más disfuncional, lastimera, desencantadora y repelente que la Familia Simpson que vemos a partir de la temporada 4 y por consiguiente eran gente mucho menos ejemplar y con la que nadie quisiera sentirse identificado a menos que fuese igual de poco ejemplar que alguno de los cinco miembros de la Familia Simpson. Eso sí, a partir de la temporada 4 su faceta más desagradable empezaba a perder terreno a favor de su faceta más caricaturesca y heroica hasta el punto de que habían dejado de ser los absolutos mindundis que solían ser para volverse mucho más capaces, más simpáticos y hasta mucho más ejemplares como personajes y como modelos a seguir para los televidentes. Parecía que la Familia Simpson estaba transformándose en eso mismo que tanto repudiaron y burlaron en sus primeras tres temporadas hasta que llegó el episodio que concierne a este artículo: El enemigo de Homero (1.997). En ese episodio los escritores y el director encargado demostraron que La Familia Amarilla de Springfield, detrás de ese aparente cambio que los hizo individuos menos repulsivos y más amistosos, siguen siendo los mismos pobres diablos demasiado estúpidos para lograr cambiar el mundo a su alrededor y por otro lado Springfield sigue siendo el mismo nido de cretinos, paletos y pusilánimes manipulables que aparentemente había dejado de ser hace un par de temporadas atrás.

Cuando digo que El enemigo de Homero es una respuesta a todos esos que afirman sentirse identificados con los personajes de la serie lo que quiero decir es que es muy probable que apenas el equipo de escritores se enteró de que la audiencia empezaba a simpatizar con los protagonistas y varios otros personajes del programa sonaron las alarmas porque los personajes del programa, de acuerdo a las intenciones del creador y de sus colaboradores, no son héroes grandiosos de ningún tipo sino que son eso mismo que ya dije: pobres diablos demasiado estúpidos para lograr cambiar el mundo a su alrededor, y como los pobres diablos que son se supone que debemos sentir rechazo hacia tan lastimeros individuos pero entonces una fracción de la audiencia, quizá miope ante los personajes que tenía en frente suyo o encerrándose en una jaula mental, empezó a afirmar que sí son personajes heroicos y ejemplares que debemos aspirar a ser, y que no son tan lastimeros como nos lo pintan. Llega Frank Grimes a la ficticia ciudad de Springfield como embajador, por así decirlo, del equipo de escritores para decir aquello que debía decirse sobre los protagonistas de la serie, los ciudadanos de Springfield y la misma Springfield: que no son más que un montón de imbéciles que esconden todas sus falencias detrás de un velo de actitud aparentemente comprensiva y campechana que se cae apenas alguien pretende cambiar para bien de todos el mundo que habitan, empezando por nuestro Homero Simpson. No me parece nada irracional la decisión de crear un personaje como Frank Grimes y meterlo en Springfield para que señale todas las fallas de Homero como empleado de la planta nuclear, como ciudadano del país al que pertenece y como supuesto héroe de la audiencia, y que de paso señale todo lo que está mal en la Planta de Energía Nuclear de Springfield y en la misma ciudad donde se localiza la planta, ya que él era lo que tanto se necesitaba para que esa fracción de la audiencia despertara y comprendiera quiénes son realmente los personajes de la serie, y que si tú dices que te identificas con Homero es porque crees que eres un padre consumado que es querido por toda su familia cuando en realidad no eres más que un bufón inoperante cuyos mayores logros ocurren solamente dentro de su cabeza. Quien dice que se identifica con Smithers quizá no lo dice porque sea una persona cordial, servicial, pulcra y confiable sino porque en realidad es muy probable que sea un perro faldero que necesita de la constante aprobación de sus superiores; quien dice que se identifica con El Sujeto de las Historietas es porque se cree un sabihondo de los cómics cuando lo más probable es que sea un inepto incapaz de conseguirse una vida social estable; y quien dice identificarse con Helena Alegría no creo que lo diga porque sea una esposa abnegada y devota sino porque en realidad es una malfollada y una metiche de mucho cuidado. ¿Te identificas con algún personaje de la serie? Entonces dime si de verdad lo conoces a la perfección como para decirlo sin ironía alguna.


4. El enemigo de Homero es una respuesta a todas esas historias donde dos personajes que son totalmente opuestos acaban reconciliados y hermanados como si nada hubiera pasado



Supongo que no fui el único que cuando vio el episodio por primera vez intuyó que Frank y Homero se harían amigos al final pese a que uno es la antítesis del otro en casi todo sentido posible. Y también supongo que no fui el único que quedó estupefacto luego de ese trágico desenlace en el que Frank Grimes muere electrocutado y luego Homero asiste a su funeral pero se duerme a mitad de la ceremonia con la única finalidad de mostrarse como el bufón inoperante que en realidad es y que los demás personajes y la audiencia perdonamos en cada episodio porque ése es nuestro Homero. Un final así, aparte de muchas otras cosas, es una contundente declaración de intenciones hacia un tópico que más de una vez hemos visto en muchas series de televisión y en muchas películas: la pareja dispareja en la que casi todos los conflictos se resuelven gracias al poder de la amistad. En El enemigo de Homero hay una pareja dispareja pero lejos de hacerse amigos tanto Homero como Frank sólo se distancian entre sí más y más mientras el episodio avanza hasta el punto de que Frank, estando en la casa de Homero y frente a sus hijos y esposa, se le declara enemigo personal. Por mucho que Homero se esfuerza por ser un amigo para Frank este último no hace sino rechazarlo y empeñarse en demostrarle al mundo que Homero, nuestro Homero, no es más que un fraude. Una vez que Frank ha enloquecido por completo no hay personaje alguno capaz de detenerlo e impedir que toque los cables de alto voltaje, muriendo como un mártir por la causa del perfeccionismo y la honestidad en el ambiente de trabajo. En ningún momento hay indicio alguno de que Homero y Frank vayan a reconciliarse y a una figura que los ayude a reconciliarse no se la ve por ningún lado. Aparte de El enemigo de Homero no sé de otra subversión hacia ese tópico en específico hecha con tanta mala leche, con intenciones de ponerlo todo patas arriba y de mostrarle el dedo de en medio a todas esas historias con finales acaramelados en las que todo resulta bien para todo el mundo.


5. El enemigo de Homero es un episodio que te dice constantemente que debes calmarte ante las idioteces de Homero Simpson porque este no es más que una caricatura y por lo tanto no puede morir de verdad



Soy parte de esas personas que interpretan el papel de Carl y Lenny dentro del episodio como el de voceros de la audiencia que ve el episodio. La audiencia sabe perfectamente que están viendo otro episodio más de una serie de animación cuyo mundo se reinicia apenas acaba un episodio y empieza otro, y tanto Carl como Lenny lo saben a la perfección y es por eso que todo lo que le dicen a Frank Grimes está justificado, hasta cierto punto. Sí, Homero no es una persona muy perspicaz y de hecho es una de las personas menos perspicaces que haya en toda la ciudad de Springfield, solamente compitiendo con Cleto Spuckler y Rafa Gorgori, pero al ser este una caricatura que vive en un mundo de caricatura entonces nada malo que le deje secuelas duraderas va a pasarle y si le pasa entonces en el siguiente capítulo dejará de existir y todo volverá a ser tal y como era antes. Carl y Lenny estaban advirtiéndole a Frank que en capítulos anteriores Homero había cometido una considerable cantidad de estupideces y que había estado en situaciones descabelladas en las que ningún otro personaje estaría pero Frank, empecinado en demostrar que Homero es un fraude en vez de comprender el funcionamiento del mundo de Los Simpson, se negó a escucharlos atentamente y siguió con su plan hasta las últimas, lógicas y mortíferas consecuencias. Lo peor de todo esto es que Frank no tenía salida alguna ya que de haber aceptado seguirles el hilo entonces se hubiera vuelto un personaje del mundo de Los Simpson hecho y derecho mientras que por otro lado si hubiera logrado demostrar que Homero Simpson es un fraude entonces los cimientos que sostienen a la realidad del programa se hubieran desmonorado en menos de lo que canta un gallo. Me siento muy mal diciendo lo siguiente pero la muerte de Frank Grimes fue lo que permitió que el mundo de Los Simpson no se destruyera porque cuando un mundo ficticio no se acepta como la ficción que es entonces no puede funcionar y siendo Frank Grimes eso que impedía que el mundo de Los Simpson se reconociera plenamente como la ficción que es pues los escritores a cargo del episodio decidieron cargárselo sin remordimiento alguno para que todo siguiera marchando como debe ser. Estoy seguro de que no lloraron como Alejandro Dumas lloró cuando escribió ese capítulo en el que fallece su mosquetero favorito pero sí que mantuvieron a flote por muchos días sus dudas sobre si matar a Frank Grimes o simplemente hacerlo huir de Springfield. La decisión de matarlo fue la más inteligente, si me lo preguntan.

Señor Grimes, si usted se hubiera molestado en entender su situación dentro de ese absurdo mundo de caricatura en el que usted estaba tal vez su deselance hubiera involucrado una carta de renuncia y un camión de mudanza, no una cita con los cables de alto voltaje y luego con la muerte. No puede decir que no se le advirtió sobre las consecuencias de vivir en un mundo de caricatura cuya característica principal, al menos a partir de la temporada 6, es la de ser absurdo y estar lleno de personajes igual de absurdos. Y por último pero no menos importante, señor Grimes, es que si Homero hubiera bebido ese ácido sulfúrico no se hubiera muerto sino que tan sólo hubiera enfermado de gravedad, pero no se hubiera muerto. Homero es una caricatura, después de todo.



miércoles, 25 de noviembre de 2020

Todo lo que tengo para decir sobre "El enemigo de Homero" (Temporada 8, año 1.997)



Parafraseando al título de una biografía de Philip K. Dick escrita por Emanuel Carrere por allá en 1.993: "¡Yo estoy cuerdo y vosotros estáis locos!"

La verdad es que no sé muy bien cuándo fue la primera vez que pude ver El enemigo de Homero, de la temporada 8, el cual sigue siendo considerado hasta hoy como uno de los episodios más controversiales y polarizantes de toda la serie. Los hay quienes afirman que no solamente es uno de los episodios más controversiales de la serie sino que también es uno de los episodios más atrevidos, nihilistas y aterradores tanto de la serie entera como en comparación a otras series de dibujos animados de la época en la que fue emitido por primera vez. Desde mi punto de vista, es de esos episodios de Los Simpson (1.987 - presente) que fácilmente encajan en ese singular grupo de episodios autoconscientes y críticos con la audiencia. Son episodios con los que aquellos a cargo de la escritura y dirección de la serie lucían su talento para contar chistes llenos de mala leche y para meter interesantes meta-comentarios sobre las convenciones de la serie, de los dibujos animados y de las comedias situacionales televisivas ("sitcoms") de los años 90. Algo que merece ser destacado es que El enemigo de Homero fue un episodio transmitido por primera vez cuando la serie había llegado a una etapa que muchos consideran como una de madurez, concientización y agotamiento; decir que la serie empezaba a mostrar síntomas de agotamiento llegada la octava temporada me parece una exageración porque está llena de episodios que en muchos aspectos rivalizan con los episodios de las tercera, cuarta y quinta temporadas. Aunque claro está que apenas llegó la décima temporada fueron muchos quienes se bajaron del tren amarillo para irse a otro tren y algunos se quedaron con las primeras cuatro temporadas mientras que otros se quedaron con las temporadas quinta y séptima. Para mí, las octava y novena temporadas merecen más amor del que actualmente reciben. Pero basta ya de tantos rodeos, que he venido a tratar eso que más importa, lo cual es el episodio cuyo nombre está en el título de este texto.  

El episodio El enemigo de Homero no es exactamente una declaración de intenciones que deconstruya pieza por pieza la premisa que sustenta a la serie pero sí que me parece un muy gracioso y autoconsciente chiste de 28 minutos acerca de una de las cosas más obvias de la serie pero que el mismo episodio nos muestra desde un punto de vista radicalmente diferente: Los Simpson es un dibujo animado que puede permitirse tener un protagonista feo como una blasfemia y tonto como una roca que se mete en situaciones peligrosas y descabelladas pero que al final no sufre ningún daño permanente ni sufre de algún modo u otro por las consecuencias de sus acciones durante tales situaciones peligrosas y descabelladas porque se acepta como el dibujo animado que es y que todos nosotros, como la audiencia consciente y cómplice que somos, sabemos muy bien que esEl enemigo de Homero es un episodio en el que la audiencia es cómplice con Homero Simpson y no con Frank Grimes así que está escrito de tal manera que Frank, por muchas tragedias que le hayan ocurrido en su pasado, sea el malo de la historia en vez de Homero. Es cómplice con nosotros, la audiencia, de esta manera: desde el principio nos está diciendo que Frank Grimes es un personaje que ha sufrido cosas horribles a lo largo de su vida y que Homero Simpson no merece tener todo lo que tiene pero apenas Frank se muere por emular a Homero Simpson y llega la escena del funeral, en la que Homero se queda dormido y luego le pide a Marge, mientras sigue dormido, que cambie de canal, y luego Lenny afirma que ese es el Homero que todos conocemos para que después todos rían al unísono mientras desciende el ataúd, justo ahí, es cuando el episodio nos dice a nosotros, la audiencia cómplice, que el mundo de Los Simpson no es más que un mundo de dibujos animados donde un día sucede alguna locura y al día siguiente los personajes actúan como si nada hubiese sucedido y que por lo tanto lo más razonable es aceptar que funciona con reglas y una lógica propias de un mundo de dibujos animados, de un mundo que no tiene que rendirle cuentas a las reglas y la lógica que son propias de nuestra realidad.  

El mundo de caricatura de Los Simpson, y por consiguiente los mundos de dibujos animados son mundos que, como los escritores y el director nos lo cuentan en El enemigo de Homero, sólo funcionan cuando se aceptan como la fantasía disparatada que son. Por eso mismo es que Frank Grimes, quien no sólo representa a una persona del mundo real sino que también representa a ese tipo de personas que no pueden vivir ni un solo día sin quejarse por los detalles más nimios de cualquier programa de televisión, enloquece aún más de lo que ya había enloquecido al principio: apenas se entera de que el mundo de caricatura en el que está nunca funcionará como el mundo real, que es el mundo al que de verdad pertenece aunque quiera encajar en el mundo de Los Simpson, entonces sólo le quedan dos opciones, siendo una opción la de aceptarlo y vivir como mejor pueda en ese ridículo, arbitrario e ilógico mundo de caricatura en el que está atrapado y la otra siendo una mucho más drástica y más mortífera pero liberadora en cierto sentido, si es que tal palabra puede aplicarse al trágico desenlace que Frank Grimes sufrió cuando tocó sin guantes protectores aquellos cables de alto voltaje. Si se fijan muy bien en esa escena en particular podrán ver un letrero de advertencia muy cerca de esos cables. El sufrido Frank Grimes no se tomó la molestia de leerlo antes de proceder a tocar los cables de alto voltaje. Como decía, los mundos de caricatura no están hechos para el disfrute de la gente real y siendo Frank Grimes lo más cercano a una persona del mundo real dentro del ridículo, arbitrario e ilógico mundo de Los Simpson y como las personas reales se mueren, y cuando se mueren se quedan en sus tumbas hasta el fin de los tiempos, entonces la única manera en la que el martirio de Grimes pudiese acabar era abandonando para siempre ese mundo de caricatura que tanto lo torturó por 28 minutos. Lo que le ocurrió a Frank Grimes no es lo que le ocurre a la gente que señala todo aquello que está mal con el mundo y sus habitantes sino que, al contrario, es lo que le ocurre a todo aquel que no se adapta a la ridiculez, arbitrariedad y la irracionalidad del mundo, ya sea uno de dibujos animados o no. Yo también me sentí muy mal por la muerte de Grimes pero apenas llegaron los créditos finales del episodio le pedí a mi hermano que cambiara de canal, aunque no me dormí como Homero y nadie dijo que ese es el Cristiam que todos conocen. He ahí la diferencia entre el mundo real y el mundo de caricatura de Los Simpson: en el mundo real nadie se ríe durante un funeral porque todos los presentes saben que nunca más volverán a ver a quien ha fallecido mientras que en el mundo de Los Simpson se ríen durante un funeral porque todos los presentes saben que la llegada de un nuevo episodio significa un nuevo comienzo en el que todo se reinicia. En un ridículo, arbitrario e ilógico mundo de dibujos animados que se reinicia por completo con la llegada de cada nuevo episodio ¿cuál es el verdadero valor de una vida humana? Los Simpson es una serie que sabe la respuesta a esa pregunta, y no es una respuesta que vaya a agradarle a muchas personas.

Concuerdo completamente con quienes dicen que esa trama del hijo de Frank Grimes que quiere vengarse de Homero no fue una mugre pero sí que fue muy pésimamente manejada por los escritores y director del episodio. Un concepto así suena interesante pero necesitaba de gente capaz de manejarlo a la perfección. Encima de haber sido pésimamente manejada sólo sirvió para que recordáramos una cosa que El enemigo de Homero ya nos había dicho en 1.997: Frank Grimes no puede ser feliz de algún modo u otro en el mundo del cual La Familia Amarilla de Springfield hace parte porque es un personaje que no corresponde a ese mundo. De hecho Frank Grimes, como personaje y como concepto, no sólo es la absoluta antítesis de Homero Simpson sino que es también la absoluta antítesis del típico habitante de Springfield y de todo aquello que los habitantes de Springfield representan, desde Carl y Lenny, pasando por el Director Skinner y el Reverendo Alegría, hasta llegar a los cinco protagonistas de la serie. Bien mirada la situación de la ficticia ciudad de Springfield, solamente personajes que provengan de un mundo que sea igual o más ridículo, arbitrario e ilógico que el de la serie son capaces de adaptarse a Springfield y a sus habitantes, y muy probablemente es por eso que mientras que Frank Grimes pereció en su intento por adaptarse al mundo de Los Simpson Jay Sherman logró vivir en Springfield por unos cuantos días sin muchos problemas, salvo por uno que otro personaje que no veía con buenos ojos que un crítico de cine de procedencia citadina venga a pontificar sobre buen cine y mal cine en una ciudad cuyos habitantes no son exactamente la encarnación del espíritu crítico. Supongo que a Jay Sherman no le fue tan mal porque siendo él un neoyorquino ya está perfectamente acostumbrado a tratar con gente que poco o nada se diferencia del típico habitante de Springfield. Sólo supongo, nada más y nada menos. Si Frank Grimes hubiera crecido en Nueva York entonces su breve estadía en Springfield hubiera sido un tanto menos triste y trágica de lo que fue.




Mira esa cara. Se ve tan feliz de vivir en Springfield. Estoy hablando de Homero Simpson, por supuesto, que en cuanto al pobre de Frank Grimes ya todos sabemos a estas alturas de la vida cómo terminó su desgraciada vida.